lunes, 25 de octubre de 2010

Gran Premio de Corea


“Aquí nadie va a ganar el mundial, pero alguno sí lo puede perder”. Esas fueron las palabras de Fernando Alonso al llegar a Corea. Y al finalizar el gran premio a más de uno todavía le retumbarían en su cabeza. Pero volvamos al inicio del fin de semana. Pista nueva, y digo pista porque era casi lo único con lo que se encontraron los pilotos al llegar allí.
El afán de Bernie Ecclestone por ampliar las fronteras de este deporte hace que nos encontremos con situaciones como estas. Un circuito a medio acabar y que dista mucho de lo que se pudo ver en la presentación. Esto perjudica gravemente la imagen de este deporte y es que la incertidumbre de que se pudiese correr fue tal, que se dio luz verde a la disputa del gran premio la semana anterior de su celebración. Aunque ya sabemos que todo esto se olvida rápidamente cuando hay un generoso cheque de por medio.
Las dos sesiones libres del viernes se resumen en polvo, baches y grip inexistente. Durante la noche los operarios tuvieron trabajo extra y es que ante las quejas de los pilotos se tomó la decisión de retocar algún punto del circuito, especialmente el tremendo bache en la curva dieciséis.
Con los coches en pista, quedó claro que la brecha entre Red Bull y el resto de equipos era muy pequeña. Si en Suzuka los coches de la bebida energética eran inalcanzables en el primer sector, aquí sufrían mucho. La interminable recta se convertía en un suplicio y el nuevo y más eficiente F-Ductdel equipo Mclaren les situaba en clara desventaja.
Pero gracias a un tercer sector de alta velocidad con curvas enlazadas, los dos pilotos de Red Bull podían aún optar a conseguir la pole y así fue. Primera línea con Sebastian Vettel al frente y Fernando Alonso amenazando desde la tercera posición con la ventaja que le proporcionaba salir desde la zona limpia. La clave de la carrera iba a estar en los neumáticos. Un circuito con tan poco grip produce serios problemas de graining, debido al movimiento de la capa externa de goma sobre la carcasa. Así que el equipo que fuese más conservador con los neumáticos tendría mucho ganado. 
Cuando lo pilotos se levantaron el domingo, se encontraron con un asfaltado empapado y sin ninguna referencia de cómo se podían comportar los coches en mojado. Vuelta a empezar. Todos los datos recopilados hasta ese momento servían de poco ya. A todo esto había que añadir lo que supone pilotar sobre una pista con el asfalto recien puesto y poco asentado. La mezcla de agua y aceite proveniente del alquitrán iba a suponer todo un reto para los pilotos. Y por si fuera poco, una escapatorias con más barro que hierba esperaban a todo aquel que decidiese tomar más riesgos de la cuenta.
Con retraso y la carrera neutralizada, se dio la salida y ante las quejas de los pilotos por la nula visibilidad, se sacó bandera roja tras cuatro vueltas detrás del safety car. Mecánicos a pista y el interrogante en el aire de si se daría la re-salida. Pasaban los minutos y la pista mejoraba muy poco debido al pésimo drenaje. Al final se reanudó la carrera y hasta la vuelta diecisiete no se apartó el safety car. Dos giros después, el lider del mundial acabó contra el muro. Subviraje y un mundial que se le complica bastante.
Otra vez el coche de seguridad a pista mientras retiraban los coches de Webber y Rosberg, que no pudo evitar la colisión. Y no sería el último, ya que en la vuelta treinta y dos tuvo que salir de nuevo. Fue en este momento cuando los pilotos aprovecharon para poner el neumático intermedio y le pudo costar caro a Fernando Alonso. Problemas con una tuerca que le hicieron perder la segunda posición en favor de Lewis Hamilton, aunque la recuperaría poco después gracias a una salida de pista del piloto inglés.
La pista se secaba y en estas condiciones los neumáticos intermedios se desgastan muy rápidamente, llegando a convertirse en un slick. Lo mejor que puedes hacer es parar a cambiarlos, pero lógicamente nadie iba hacerlo con unas diferencias mínimas en el monitor de tiempos. Cuando todo apuntaba a una nueva victoria de Sebastian Vettel, su motor Renault pasó a mejor vida y dejó el liderato en manos de Alonso que cruzó la meta consciente del gran paso adelante que había dado.  En el podio, y acompañado de Hamilton y Massa, el piloto número uno de Ferrari estaba exultante. 
Nos vamos de Corea dejando un circuito con un trazado muy del gusto de los pilotos, técnico y exigente, al que todavía le queda mucho trabajo para estar a la altura de lo que se espera de un circuito de primer nivel. Próxima cita del calendario, Brasil. Y primer matchball de la temporada.
¡Avanti Fer, avanti!

@maikel_nait

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